Trabajar como médico

A lo largo de los últimos 60 años, la nefrología ha evolucionado hasta transformarse en una especialidad médica de gran calado, debido la extraordinaria importancia del papel que cumplen los riñones dentro del organismo humano y a la implicación de tales órganos en muchas alteraciones graves de la salud y enfermedades sistémicas cuyo origen primario no está en los propios riñones (como las enfermedades autoinmunes o hematológicas, por ejemplo). Los nefrólogos son profesionales muy valorados en todo hospital, dado que son expertos en tratar los trastornos electrolíticos, en los procesos metabólicos ácido-base, en la hipertensión arterial, en enfermedades metabólicas y también autoinmunes. A menudo, otros médicos acuden a consultarles para resolver dudas a las que no podrían responder con los métodos y los conocimientos de otras especialidades médicas.

El trabajo de un nefrólogo abarca un amplio abanico de tratamientos clínicos. Las demás áreas de la medicina no presentan tantas oportunidades para tratar con tantos procesos del organismo: producción de hormonas, control de la presión sanguínea, control de la anemia, conservación de la densidad ósea y mantenimiento en equilibrio de los fluidos y electrólitos. Con frecuencia resulta una tarea compleja, dado que un nefrólogo ha de contar con profundos conocimientos sobre medicina interna, pero seguramente esa sea la razón por la cual esta especialidad atrae a tantos doctores. Las enfermedades renales pueden provocar muchas complicaciones y acarrear efectos negativos durante su avance, incluso trastornos potencialmente mortales. Los especialistas en nefrología saben tratar tanto la insuficiencia renal crónica como la insuficiencia renal aguda, lo que hace posible prevenir o ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados. Esto significa que el nefrólogo aún puede ayudar a los pacientes para acceder a los tratamientos de diálisis o a un trasplante renal, las únicas opciones de tratamiento para la fase terminal de la enfermedad renal.

Sin la implicación firme y constante de los pacientes, resulta imposible controlar con éxito la enfermedad renal. Es esencial contar con unas buenas habilidades de comunicación para establecer una relación eficaz con los pacientes y sus familiares; es preciso tener voluntad para interactuar, conquistar su confianza y ganarse su compromiso. Esa clase de habilidades sociales e inteligencia emocional se desarrollan y perfeccionan en gran medida durante el desarrollo de la carrera profesional dentro del campo de la nefrología.

La nefrología constituye un campo en el que actualmente se suceden numerosos hallazgos científicos y donde aún queda mucho por descubrir. Por eso la mayoría de médicos encuentran facilidades para participar en actividades científicas y se les anima a publicar y presentar sus estudios, de modo que sean accesibles para el resto de colegas.

Si comparamos la nefrología con otras especialidades médicas, habitualmente, para los médicos, trabajar en un departamento de nefrología o una unidad de diálisis implica una baja exposición a factores de riesgo para la salud (como la contaminación vírica, la radiación o los agentes químicos tóxicos). Hay otra ventaja relacionada con los turnos y horarios de trabajo, que suelen ser más estables y mejor organizados. Un detalle importante cuando tenemos una familia o nos planteamos formarla.

El trabajo en sí mismo es importantísimo, ya que contribuye decisivamente a incrementar la calidad de vida de los pacientes que padecen de insuficiencia renal terminal o ESRD y su esperanza de vida. No obstante, si comparamos la nefrología con otras áreas de la medicina, el trabajo de diálisis se diferencia por ser menos estresante. Habitualmente se sustenta sobre procedimientos de tratamiento estandarizados y conlleva una menor exposición a situaciones que amenacen directamente la vida de los pacientes. Gracias a ello, los médicos disponen de más tiempo para comunicarse con los pacientes y centrar la atención en controlar la enfermedad, con lo que el impacto que generan para mejorar su estado de salud y bienestar es mayor.

Las unidades de diálisis de Fresenius Medical Care son entornos de trabajo caracterizados por estar muy armonizados y se apoyan en nuestras directivas arquitectónicas. Existen procedimientos estrictos para el cuidado de la higiene y el control de infecciones, así que el ambiente de trabajo es seguro y agradable.

Las unidades de diálisis ofrecen horarios y calendarios bastante previsibles, que sumados a las metodologías de trabajo, generalmente estandarizadas, permiten al médico disfrutar de ventajas para compaginar la vida privada y la profesional. En este entorno hay pocos sucesos inesperados, normalmente no hay turnos de noche ni se trabaja los domingos y el volumen de trabajo es previsible. Estas características se amoldan muy bien a los deseos de quienes aspiren a tomar parte en un programa de doctorado, formar una familia y disponer de más tiempo libre, o sencillamente prefieran disfrutar más de otras actividades fuera del trabajo.

Los médicos de diálisis son perfiles muy demandados por los responsables de contratación y no tienen problemas para encontrar oportunidades de empleo casi en cualquier lugar del mundo. Las prestaciones y condiciones de contratación suelen ser muy buenas. Como es obvio, en calidad de líder mundial en productos y servicios para el tratamiento de las enfermedades renales, Fresenius Medical Care es consciente de que los médicos constituyen un recurso muy valioso y se esfuerza por mantener alto el nivel de satisfacción con su empleo.