Poder entenderse con los demás asegura reducir el riesgo de confusiones o malentendidos. La comunicación es importante en el día a día para cualquier ser humano. Esta interacción es crucial cuando los que tratan de dialogar son paciente y personal sanitario. Sin embargo, en ocasiones, cuando la procedencia del paciente es distinta al lugar donde reside y no conoce el idioma del país donde recibe tratamiento, se genera una barrera peligrosa para el adecuado seguimiento de un tratamiento.
En un mundo globalizado, cada vez es más frecuente que las personas cambien su lugar de residencia para poder encontrar un mejor trabajo o mejores condiciones de vida. Este hecho, patente en nuestro país, también se confirma en los centros de diálisis.
“Cada vez tenemos más pacientes de otras nacionalidades y, en ocasiones, es difícil entendernos por el idioma. En nuestro centro, con los que tenemos más dificultades a la hora de comunicarnos son con los de origen paquistaní, pero también con los alemanes, franceses…”, explica Noemí Pons, enfermera del Centro de Diálisis Barcelona-Roselló.
Para superar esa barrera, Noemí ha puesto en marcha una iniciativa que es pionera en España y que mejora el día a día de los pacientes en diálisis que no manejan el idioma de nuestro país. Sigue leyendo.